La lógica de que un alambrado e infinitas medidas de seguridad alcanzan para crear un ambiente distante de la lógica urbana y exento de los peligros que confluyen puertas afuera vuelve a quedar en crisis una y otra vez. Según un relevamiento de denuncias recibidas por la Policía, entre noviembre y lo que va de enero hubo al menos un robo por semana en los countries del Conurbano. Si se toma en cuenta lo que dicen los vecinos, la cifra es aún más elevada porque hay una gran cantidad de hechos que no llega a las comisarías. En dos de los countries consultados, por ejemplo, aseguraron haber sufrido entre 8 y 10 robos cada uno en los últimos meses. Y lo peor: cada vez son más violentos, incluyen armas y tomas de rehenes.
Aquiles Gorini, presidente de la Cámara Argentina de Empresas de Seguridad e Investigación, señala que en la Provincia hay aproximadamente 600 countries. Y asegura que el 2012 cerró con un promedio de entre seis y siete robos mensuales, no todos denunciados a la Policía. “La gente sólo va a la comisaría cuando tiene que denunciar que le roban documentos, autos o armas”, cuentan voceros policiales. “Si no, no lo hacen”.
Desde la Federación Argentina de Clubes de Campos (que tiene alrededor de 70 asociados) coinciden en que la cifra negra es alta, pero ponen el acento en que, con respecto a otros años, hubo cambios en la modalidad de los robos.
“Las urbanizaciones ya no son invulnerables.
Y hay que decir que hoy se ve otra modalidad: entran de fierro (con armas) algo que en otros años no ocurría”
Uno de los últimos hechos violentos fue el 17 de enero en el Club Campos de Golf Las Praderas, en Open Door, y fue el tercer asalto de importancia que sufrió el predio en seis meses. Ese día, una banda comando cortó un alambrado, entró al lugar y tomó rehenes en tres casas distintas. En la primera, dominaron a una mujer que estaba con su bebé, de apenas 10 días. Luego fueron hacia el dormitorio en el que dormía su marido junto a otro de sus hijos. Robaron todo lo que pudieron y, con esta familia de rehén, fueron a la siguiente casa. Allí, uno de los cuatro ladrones ya tenía controlado a otro matrimonio. La saquearon y fueron a un tercer chalé, donde tomaron un nuevo rehén. La banda huyó unos 20 minutos después y la vigilancia recién la detectó cuando salía.
Lo curioso es que en julio había ocurrido un golpe casi calcado en el mismo lugar: seis ladrones armados y encapuchados entraron a una casa, tomaron de rehén a la familia y, mientras la tenían cautiva, fueron a robar una segunda propiedad. Estuvieron 4 horas.
En un predio cercano –“La Cecilia”, en Carlos Keen–, poco antes una banda había dominado a los guardias de seguridad para saquear cuatro casas. En total, allí tomaron 27 rehenes (15 de ellos, menores) para llevarse dinero, electrodomésticos y otros objetos.
El 4 de diciembre, un grupo comando tomó cautivas a dos familias en el country Larena, en Pilar. Sólo seis días después, el 10, ocurrió lo mismo en el Highland Park, de Pilar. En ese caso, entraron a una casa a mano armada, dominaron a los dueños y al jardinero y luego huyeron en el auto de éste último.
La vigilancia ni los vio.
En el propio Highland Park la serie de robos es larga. Uno de los objetivos fue la casa de Claudio Ramos, hijo del fundador del diario Ambito Financiero, desvalijada a principios de enero. Aún no se sabe cómo, pero los ladrones entraron al country y, una vez en el chalé, desmontaron la caja fuerte y se llevaron dinero, joyas y armas. La banda escapó en el auto del propio Ramos y cayó poco después por otros golpes (ver La banda...) Según denunció Ramos al trascender su caso, hasta entonces en el Highland habían ocurrido diez robos en los seis meses previos.
La seguridad en estos predios tiene escalas, que van en relación directa con lo que se pague de expensas. Los más importantes llegan a contar con hasta 25 vigiladores por turno. Pero a veces nada es suficiente. “En algún caso hemos detenido a vigiladores o empleados como cómplices. Pero otra de las variantes que aparece en el verano es la del alquiler temporario”, describe una fuente policial, deslizando la hipótesis de la existencia de gente que llega como inquilina a los countries con objetivos más oscuros que el mero descanso. “En casi todo los casos hay alguien desde adentro que, aún sin malicia, filtra información ”, confirma Jorge Julia, de la Federación.
Otra fuente policial coincide en que en la mayoría de los hechos “el principal enemigo está dentro del country”. Y concluye: “Es arriesgado robar en un lugar que debería tener seguridad absoluta. Pero toda fortaleza es vulnerable si la información viene de adentro.
Fuente: Clarin
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